El otro dia estabamos en casa de Francisco, mi padre para los que no saben, terminando nuestro "soupe" cena, y Audrey nos invito a ver la granja que tiene un vecino y amigo de mi padre, no vacilamos, tanto tiempo en la absoluta tranquilidad, y el tampolin...y mas tranquilidad y por supuesto el trampolin, y tranquilidad... bueno ya entienden, estabamos algo aburridas. Partimos en una caminata que empezo bien, pero luego se me hizo agotadora, solo subida, una calle larga que a mi parecer no terminaba, ademas Maite se rehusaba a caminar, y por supuesto la camara colgando del cuello (esa foto hubiese sido entretenida). Al fin llegamos, Daniel salio a recibirnos, nos hizo un pequeno tour por su granjita, vimos conejos grandes, uno era contorcionista. dicen que de ver a una conejita bonita, pero al parecer cuando los transladan se forma un tumulto y hay conejos que quedan con su cabeza al reves, cosa extrana. Pero de extrano eso no se compara con lo que les voy a contar. Vimos un pato, al menos eso parecia al principio, de no ser por su pico y sus patas, no lo llamaria pato, pero bueno, lo que me llamo la atencion fue sin duda el hecho de que movia la cola, si, como los perros. Sumanle, que despues escuche el sonido que salia por ese pico, era mas extrano aun, hey! eso no es un pato es un perro me dije, una mezcolanza de genes perrunos y "patunos". Han escuchado cuando un perro esta muy cansado, empieza a respirar mas fuerte y se escucha un sonido raspado y agitado, bueno, eso salia de ese pico, es todo un espectaculo.
Lo que mas le gusto a Luna aparte de los gatitos recien nacidos que vimos, fue subir y bajar corriendo por unos cerritos de tierra, Maite se unio a la diversion, es todo un mundo el de los cerritos para los ninos. Para que les cuento como quedaron, el buzo de maite lleva como 4 lavados y ni imaginar volver al color original.
Se hacia tarde y era tiempo de regresar a casa, eso nos toma unos 20 minutos a pies (con ninos), estabamos a mitad de camino y empezo a llover muy fuerte, no podiamos hacer nada, no contamos con nada para protegernos, tampoco habia refugio, empezamos a reir. La situacion fue comica, ni siquiera nos pusimos a correr, no tenia sentido, aun nos quedaba trayecto (de subida, siempre de subida)por caminar. Simplemente seguimos avanzando hacia la casa, empapadas con la lluvia y riendo como locas.