10 de mayo de 2008

Todo se resume a tres.

Así es, los pocos años de independencia de nuestros padres, la propia crianza de nuestras niñas, la vida de pareja y las satisfacciones del nuevo hogar, en estos momentos, todo ese mundo se ve resumido en tres maletas. Algunos juguetes, algunas ropas, algunos zapatos, algunos recuerdos.
De todo un poco, tratando de llevarnos algo de aquí, quizás, para evitar sentirnos ajenas a Montreal. Pues aunque haya vivido toda mi infancia allá, no se como podría reaccionar a Canadá o mejor aún Quebec, me encantaré y lo amaré? o tendré una profunda decepción de lo que una vez fue? Porque después de todo, la mirada de un niño (como una vez lo fui), es muy diferente a la de un adulto.

De ese mismo modo, me preocupa la percepción que mis hijas puedan llevarse de Quebec, sobre todo Luna. Le comento sobre la nieve, las luces en navidad, el patinaje en hielo, los hombres de nieve, o sobre el otoño, los cambios de color en las hojas, los lagos en verano mitad pasto mitad arena. Sus hojitos brillan y me alegra que se emocione, espero así lo sienta cuando abordemos el avión, junto a nuetras maletas y todos los recuerdos que llevan consigo.

1 comentario:

Manu... dijo...

Liz, estoy seguro que tu vida, de vuelta en Quebec estará llena de emociones. Si bien ahora todo se resume a tres, en esas tres maletas son el comienzo de una nueva vida. En esas tres maletas no olvides guardar y llevar, el amor de los que las queremos, los deseos de éxito, los recuerdos, las experiencias pasadas, y... una caja mágica en la que puedan guardar y recuperar los sueños que llevan puesto en este nuevo proyecto de vida. Con cariño,
Manu...