22 de mayo de 2008

Lunares

Una de las cosas que me gusta hacer con mis hijas, es la hora del baño. Aún son pequeñas y aprovecho ese lujo. Madre e hija, solamente las dos en nuestro pequeño mundo de jabón y espuma.
Esta noche mientras bañaba a Luna y pensaba en lo grato que es para mi hacerlo, me percate de unos lunares que aparecieron en su cuerpecito, casí por arte de magia, brotan como flores en primavera, cada vez son más, y de inmediato pienso en lo increíble que son los genes y de como se van traspasando, como una dalmata a sus cachorritos, yo por mi parte sello con lunares mi presencia en mis hijas. Luna es la que más tiene en estos momentos, hasta tenemos uno en común, en el mismo brazo, y la misma ubicación. A mi me parece genial, es mi huellita que dejé en ella.

Me gustan mis lunares, tengo por montón, pequeños, grandes, atrevidos, mellizos y hasta trillizos. Luna va por el mismo camino, y Maite está empezando. En sus bazos se pueden ver diminutos puntitos, también en su espalda, quizás hasta comienze con su propia constelación de lunares (como su mamá). ja. pero no debemos precipitarnos, es mejor dejarle al tiempo ese trabajo (el verá donde los pone a todos).

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